COMUNICACIÓN RECÍPROCA

Área de Logopedia

Comunicación recíproca

Cuando Lucio me invitó a participar en el boletín me surgieron un millón de dudas sobre el tema que escribir, tenía que ser de interés para todo el mundo y útil para las familias. Se me encendió la bombillita y pensé que debía hablar sobre algo que las personas no solemos tener en cuenta, algo que, aunque quizá es muy lógico, si alguien no te lo dice no te paras a reflexionar sobre ello. A mí también me pasó y me hizo pensar y cambiar mi forma de tratar con mis pacientes, ser más humana.

Hablemos sobre la gran importancia de la comunicación, pero no por parte de las personas con Parálisis Cerebral, sino de las personas que están con ellos durante su día a día, sus terapeutas, sus cuidadores, sus familiares, etc. Muchas veces nos centramos solo en la persona con dificultades, queremos que se comunique con nosotros, que consiga hablar, que nos haga algún signo o gesto, alguna vocalización, cualquier cosa que nos haga saber que nos están entendiendo, y muchas veces nos olvidamos de que nosotros mismos también debemos comunicar.

La comunicación es convertir algo en común. Para las personas sin ningún tipo de dificultad a la hora de comunicarse es importante la mímica, el lenguaje verbal, el gestual y la mirada. Con las personas con dificultades hay que ir más allá, debemos tener en cuenta:

  • La respiración
  • Vocalizaciones
  • El tacto
  • El movimiento

Hay personas que están muy afectadas y debemos tener mucha más empatía y atención con ellas. Debemos intentar anticipar nuestros actos en todo momento, adecuar nuestro tono de voz, hacer señales muy claras y repetirlas muchas veces, adaptarnos al ritmo de cada persona, hacer una lectura de todos los signos comunicativos, acercarnos al lugar de contacto aceptado por la otra persona y contactar con ella.

Debemos tener en cuenta también que estás personas a veces no se enteran de que estamos a su lado, no podemos acercarnos y tocarles desde atrás, o coger su silla de ruedas y llevarle sin previo aviso. Todas estas situaciones pueden provocar estrés en las personas. De ahí la importancia de la anticipación y comunicación, que la persona nos vea, decirle lo que vamos a hacer, aunque no sepamos si nos entiende, ayudarnos del tacto y de los sentidos.

Pongamos un claro ejemplo: la hora del baño. Imaginemos que nos toca bañar a una persona que por su estado de salud necesita cuidados intensivos. A nadie le gustaría que alguien llegara corriendo, le cogiera de la cama o la silla sin previo aviso y se pusiera a asearle, sería un proceso muy estresante y para nada placentero. Por ellos vamos a anticipar todo el momento del aseo y vamos a hacer que la persona sea partícipe de todo este proceso tan íntimo. Nos colocamos delante de la persona para que nos vea y la decimos lo que vamos a hacer, tanto de forma oral como con gestos y señales, podemos coger la esponja y enseñársela, ponérsela en la mano si es posible, y pasársela por el brazo, dejar que huela el gel, etc. Cuando hayamos dejado claro lo que vamos a hacer, debemos intentar que el proceso del baño sea relajante y placentero, y para nada un momento de estrés y agobio. Esto es solo un ejemplo, se debe anticipar y comunicar de forma clara siempre que sea posible, a la hora de la comida, cuando vamos a cogerles de la silla, cuando vamos a limpiarles la cara, cuando queremos saludarles, cuando vamos a ponerles música o encender la tele, etc. Hay que evitar sobresaltos y hacer que su día a día sea más sencillo, siempre hacer que su calidad de vida sea la mejor posible.

Por último, nunca se nos debe olvidar: comunicar es más que hablar.

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